miércoles, 28 de febrero de 2018

Ascensión al Porracolina (1.414 mts.)

El coloso de la Montaña Oriental

    En esta ruta ascenderemos uno de los picos más característicos de la zona oriental cántabra: El Porracolina. 

    Situado en el corazón del Parque Natural de los Collados del Asón, supone la divisoria entre las cuencas del Río Miera y Asón. Por lo escarpado de las laderas, los paisajes de esta zona de Cantabria son completamente excepcionales y únicos, obviando evidentemente al Parque Nacional de Picos de Europa. 

    A pesar de no tener una gran altitud, la principal dificultad que encontraremos será el desnivel positivo acumulado que tendremos que salvar hasta conseguir nuestro objetivo, unos 1200 mts en apenas 7 kms. 



    Partimos desde el parking situado a escasos metros del Restaurante Coventosa, (lugar fantástico para comer un buen cocido montañés y cabrito asado después de nuestra caminata) y avanzamos por la carretera en dirección a La Gándara hasta encontrar una bajada a mano derecha. 

    Bajamos por la cuesta y atravesamos el Río Asón por el puente para ir adentrándonos en el Valle de Rolacías. Dejaremos a nuestra izquierda una casa con algunos perros y cabras y continuamos caminando siguiendo el cauce del río que da nombre al valle. 

    A pesar del deshielo, en esta zona el río suele estar seco ya que unos metros más arriba el agua desaparece debido, seguramente, a alguna filtración a través de galerías subterráneas. 

    La primera parte de la ruta la pasamos entre avellanos y hayas, la segunda es a través de praos y matorral bajo, aunque en nuestro caso también tuvimos que lidiar con la nieve, muy presente en las partes altas (A partir de 1000 mts aprox), por lo que si la realizáis en época invernal es recomendable el uso de crampones. 


    La subida no da tregua, no vais a encontrar ninguna parte llana hasta pasadas las Cabañas de Chumino y posteriormente la Invernal de Sotombo, tras la cual, llegaremos al collado del Alto de La Mina, donde se puede hacer la parada para almorzar.

    Desde el Collado, ya podemos ver la figura de nuestro objetivo, imponente tras un pequeño llano por el que habitualmente corren fuertes ventoleras. 



    Llegamos a los pies del Porracolina y en nuestro caso, al haber nieve acumulada ascendimos por la parte derecha, avanzando a trompicones y obteniendo una vista panorámica de la zona oriental de Cantabria única.


Cima del Porracolina
    Ya desde la cima, observamos los valles que nos rodean, e incluso se puede ver Santander en los días despejados.

    Después de un par de fotos descendemos poco a poco, desandando el camino de ida hasta cruzarnos con unos rebecos y llegando al coche con la sensación del trabajo bien hecho.

    Espero que la disfrutéis.

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