miércoles, 2 de marzo de 2016

Ruta del Vallejo Rucándano, puro espectáculo en Campoo

Por las nieves campurrianas


   El pasado domingo nos animamos a hacer una pequeña ruta por el sur de Cantabria, concretamente desde Lanchares, en el municipio de Campoo de Yuso. Esta vez, además de venir Alberto y Alex, este último de Al Filo de lo Improbable, también se animaron María y Mante. 

   Nos costó un poco decidir la ruta, pero después de varias opciones nos decantamos por esta. Está muy bien para hacerla en otoño o primavera, cuando las hayas están en su mayor explendor. También se puede hacer aunque no tengas una gran forma física, el desnivel es pequeñito... Aquí os dejo el track: 




   Para hacerla no tenéis que madrugar mucho, con empezar la ruta a las 10 de la mañana es suficiente. Está bastante bien señalizada desde el principio y aunque nosotros la hicimos con nieve no tuvimos ningún problema.

   Prácticamente el 80% del camino transcurre por bosques de hayas y avellanos, por lo que en verano u otoño será el doble de bonita. También decir que durante el camino vimos huellas que no supimos que serían, si de mastín o de lobo, porque eran enormes! (Recomendable no hacerla solo).

   Esta zona es de especial protección por su cercanía al Embalse del Ebro, una importante reserva ornitológica a la que dedicaré una entrada en breve. Esto significa que la caza está prohibida por lo que no es nada difícil encontrarse una gran cantidad de animales salvajes durante el camino.


Los embalses de Alsa y Mediajo aprovechan la diferencia de precio de la electricidad entre el día y la noche para sacar beneficio.


   En mitad de la ruta nos acercamos hasta el Pantano del Alsa, con el Pico Jano delante nuestro como si nos saludara desde las alturas. Desde abajo se pueden intuir las formas del embalse de Mediajo, construido de forma totalmente artificial en la montaña. Durante la noche, se sube agua del Pantano del Alsa al Mediajo aprovechando que es más barata la electricidad, mientras que por el día lo devuelven abajo produciendo electricidad. 


   Después de esta visión tenemos que subir la mayor cuesta que tiene el recorrido, al ir a través de una pista forestal no es muy complicado, pero en nuestro caso tuvimos que ir con la nieve hasta las rodillas, lo que nos dificultó un poco la ascensión. 

   A partir de ahí, es todo bajada, atravesando un hayedo por el que discurre un pequeño río, que en el momento de la ruta, llevaba bien de agua gracias al deshielo. 

   Y cuando más ensimismado te encuentras admirando los enormes árboles que te rodean, aparecen las grandes llanuras que bordean al Pantano del Ebro para sacarte del trance en el que te encontrabas. 

   Para terminar, tan solo hay que seguir el camino que nos lleva de nuevo a Lanchares.

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